lunes, 24 de febrero de 2014

Constantes y Variables

Desde un amanecer comenzamos a construir cualquier cosa que nos proponemos; a veces se queda en ruinas, otras se concluye. Todas las maneras, fluyen y chocan entre sí; así crean. Nuestra realidad interior se muestra como una simplificación de todo cuanto hemos sido y de todo cuanto esperamos ser. Los campos llenos de tormentas y brisas veraniegas salpican nuestro diario.
Sentimientos que nos colorean; siempre.

El tiempo pasado se transforma en una mera esencia, el recuerdo. Así todos los hilos convergen entre sí y forman una persona. Por lo que vivimos el momento, ya que somos todo lo que hemos sido y lo que seremos; aunque en el fondo solo somos momentos, que como mareas, suben y bajan. Los instantes que nos crean son ese tiempo nulo, ese tic del reloj... pero también lo son ese momento inolvidable, esas caídas repentinas... La lluvia constante que nos pinta y moldea, también nos desgasta perpetuamente.
Bajo el férreo mandato del tiempo; siempre.

Con todo esto que tenemos, flotamos en mundos paralelamente distintos, remamos en infinitos grados. Y es que piedra a piedra se alza nuestro edificio, que aparenta ser inexpugnable, pero al que las horas demacran poco a poco. Dependiendo de qué tipo de pájaros seamos, la caída cambiará. Sí, cambiará, sin embargo, siempre seremos pájaros. El descenso es universal, siempre nos perseguirá sin despeinarse, hasta el final del túnel; así la vida no será nunca ni un eterno péndulo ni una repetición constante.
Más allá de toda subida hay una caída; siempre.

En este punto, observamos la vida y tenemos claro que somos esferas. A partir de aquí aprendemos que los momentos perecen, como perecerán las perpetuas olas, como perecerá el incansable sol. Y tras miles de estaciones, y miles de florecimientos, llega ese instante, en el que cesa el chaparrón que ya nos atormentaba. Redes de palabras, historias, personas, sentimientos... desaparecen en un cerrar de ojos. Sin aviso, la vida que había sido un castillo acaba, y en un soplo el color se diluye (¿En negro, blanco o ninguno?). 
Toda espiral toca una última nota; siempre.

1 comentario :

Paqui dijo...

Una de mis favoritas...gracias por crearlo