sábado, 5 de abril de 2014

No Hibernes Infinitud

El paradigma actual y eterno,
ese que me congestionaba,
que me miraba sin miedo,
y me fraccionaba.

Pues,
¿dónde empezaba la poesía,
entre tanto bache,
de mentiras y pintura fría?

Pues,
¿dónde acababa la historieta
de las vidas difusas entre las musas,
las musas sin vivencia?

Dónde, dónde, dónde,
cómo, cómo, cómo,
cuándo, cuándo, cuándo,
y sobretodo, ¿por qué?

Allá en el fondo, yo pedaleaba,
(junto a las dudas,
de las preguntas constantes)
pensaba y creaba,
y además creía en la mirada
de las suaves gotas de la otoñada,
de las dulces mentiras de la hojarada,
de las luces que se encendían y apagaban.
Y allá, en lo más oscuro,
sabía, de alguna manera,
que este sendero,
llegaría, esperaría, existiría.
No en mi, en todos,
para así pintar en un lienzo,
el vacío de la realidad:
una poesía sin final.

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