La vida es un conjunto de aguas que chocan, que fluyen, que convergen.
Todos los océanos forman miles de vidas.
Miles de vidas que son tan diferentes, pero tan semejantes...
Diferentes. Porque nadie es igual a nadie; porque cada mar es distinto a otro; porque cada día es más o menos soleado.
Somos distintas perspectivas de un mismo objetivo.
Somos cientos de periódicos para una misma noticia.
Somos mucha palabrería para un mismo significado.
Somos girasoles que siempre miran a su propio sol.
Semejantes. Porque seguimos siempre unos caminos que se complementan y se acoplan; porque copiamos sin querer copiar, o copiamos queriendo copiar sin querer; porque somos mareas que suben y bajan.
Somos una celebración de cumpleaños y la muerte de un ser querido con un muro de separación entre ambas; y viceversa.
Somos flores que requieren el mismo polen.
Somos manadas que huyen en sintonía.
Somos coristas de la misma música a distancia.
Somos peces que son pescados un día sí, otro no.
“Don’t get set into one form, adapt it and build your own, and let it grow, be like water. Empty your mind, be formless, shapeless, like water. If you put water into a cup, it becomes the cup. You put water into a bottle it becomes the bottle. You put it in a teapot it becomes the teapot. Now, water can flow or it can crash. Be water my friend”.
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