sábado, 18 de enero de 2014

Temet Nosce

Hombre repentino, volátil como hielo,
cantautor adormilado, frágil como el cielo.
Si la poesía le nubla, vuela,
pues árbol sin raíz nunca deja estela.

Su libertad le deja flotar libre,
entre estacas y floreros.
Sin embargo, como mimbre,
retuercese en sus esmeros.

Soñando camina entre senderos,
grises, negros y blancos.
Nunca pierdese en sus regueros,
pues su gran frontera son sus campos.

Y por más ahínco que coloca,
y siempre decidido,
el tiempo lo derroca,
con el destino, su testigo.


La tormenta nunca amaina,
y todo escuece.
Y lo que el viento arraiga,
no le apetece.

Por ello corre,
entre luna y estrella.
La lluvia que le cubre,
le deja una eterna huella.

Los vaivenes los escala,
con pasión y estocadas.
Su horizonte lo empala,
y sientese entre espadas.

Bohemio extraterrestre,
que vuela entre esferas.
Y siempre lucha fuerte,
sin leyes apenas.

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