Mensaje desde el Otoño

Hacía tiempo en que no me postraba,
ante las miradas atentas,

de tantas historias,

de tantas maquetas,
y aunque siento ya muy dentro lo que fui,

no puedo evitar mirar cómo llegué aquí.

Hoy soy una mota de polen más, que vuela y vuela,
y que se asoma a la ventana para que llueva.

Quizás, en este punto,
ya no pueda evitarlo,
soñar como hiciera antaño,
aunque esta vez imagino desde las plantillas que creé,
y no sobre un papel como en el que me recreé.

Ya me pierdo, oh conciencia mía,
ya estorba la agonía,
de las vidas,
que se agotan en laguna fría.
Pérdida, no te deseo, no.
Quiero soñar muerto,
como soñara hace cientos.
Y lo sé, todo lo sé,
tan tarde, que me apago.
¿He de sufrir, oh mi frágil conciencia?
Porque deambulo,
y no sé, nada sé,
tan pronto que me acabo.
Termina la batalla,
me rindo, y vuelo de nuevo,
hacia mis paraísos,
que cubren mis sueños.
Me encuentran, no ellos, ya no, ya se fueron,
sino los recuerdos, a mí.
Y es que estoy en mis versos,
que airean lo basto del todo,
mi universo.
Alegría, no de ahora, de antes, que vuelve.
Melancolía, no del ahora, del antes, que me pierde.
Y me encierro, en mis castillos,

y tan poco encuentro a mi vera,
ni lo que soy,
ni lo que era,
solo pena.
Oh complejo tiempo,
¿Dónde estás?, te pierdo,
doy un paso, te pierdo,
doy diez pasos, y te pierdo.
 

Futuro, pasado, presente,
sólo presente.
Puesto que ya no hay nada,

en lo que antes fuera todo,
lo antiguo ya no me ayuda,
solo me crea duda,
y me sulfura.
 

Mi futuro,
que no sé qué tiene de mío,
si lo pinto, lo escribo, lo mimo,
pero sigue invicto,
contra el vendabal de los años.

¿Qué queda en un túnel al acabar?
Palabras, libros, y consejos.
Y hoy, ahora, ante los pilares de arena,
solo digo una cosa,
que no dura más que un reflejo:
En mí, en mi legado,
las palabras caen, suben,
las historias cambian, fluyen,
y mi consejo es,
que aproveches el momento.
El ya ya está aquí,
el mañana se ha quedado atrás,

junto al pasado voráz.

Y tú, eres un halcón,

que se eleva,

tanto como el viento que le lleva.
Así que sigue y sigue,
y vive y vive.
Porque en cada cosa que hagas el reloj observará,
y para ganarlo solo tienes que virar,
empezar a sentir todo más allá,
sin tener por qué que acelerar.

Y tu presente llegará,

existirá

significará.

 Ya.