Estoy aun soñando,
mariposas, frío, un rebaño,
y plena noche traicionera.
Conozco al lejano,
a la piedra seca,
y el lago brilla virginal.
Los similares a mí
se cruzan sin queja,
reman, se dejan llevar,
naturaleza.
Hay silencio en el silencio,
lo normal no aparece,
ni el ruido, ni el batallón, ni el miedo.
Lo extremo, ¿qué es?,
todo se funde en sí mismo,
la nada no es nada, convive entre corrientes.
Desaparecen las letras,
a veces las palabras perversas,
incluso las de antes de ser pensadas.
Riachuelos de tinta negra,
mares de color,
ropas de color,
imágenes de indiferencia.
Poetas que no solo sobreviven
junto a lenguas que no mueren,
y los protagonistas solo son artistas,
tan comunes como el amor.
¿Y si despierto?,
la noche será muy distinta,
¿y qué seré yo?,
un superviviente,
un soñador,
yo mismo.
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